jueves, 13 de mayo de 2010

Huesos de pájaro

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Red Garland

Soul Junction
Universal - Prestige Records 1957/2007

Nunca había sentido ninguna inclinación por la música. Su padre le enseñó a tocar el clarinete a los diecisiete años a pesar de que su verdadera pasión era el boxeo.
Cada llave del instrumento obturaba un sector de sí mismo como si bloqueara los golpes del campeón mundial de peso completo.
Más tarde conocío a su maestro de saxo alto: Buster Smith. Gracias a semejante caño aprendió a tocar blues y a viajar de noche por la ruta alucinada que acabaría haciéndose su amiga.
Después llegó la guerra y con su grisáceo marco lo impulsó a estudiar el piano.
Extraño enjendro mágico que nos deja maravillados en nuestra más infantil faceta.
El piano es un juguete, una caja misteriosa y sorprendente, aún para los más insensibles. Admiró y estudió a Johnson, a Tatum, a Wilson y a Basie.
Entabló amistad con Charlie Parker, Dexter Gordon y Dizzy Gillespie.

Tocó con Charlie Parker, con Ben Webster y con John Coltrane.
Su apodo se lo debe a que en una época solía teñirse el pelo de rojo.
Coleman Hawkins lo invitó a tocar en su banda y tuvo la oportunidad de tocar con el genio de Lester Young. En junio de 1955 Miles lo invitó a formar parte de su quinteto y en él hizo de las suyas junto a Coltrane, Chambers y Elvin Jones.
Y fue durante los cuatro años que estuvo con Miles, que grabaron las piezas más representativas de todas sus carreras.

Dejamos en escuchen un largo tema que da título al álbum: “Soul Junction”, un blues insuperable.