sábado, 12 de septiembre de 2009

Cisne Blanco Cisne Negro

No cualquier músico puede tocar cualquier música.

El pasado 8 de septiembre Brad Mehldau tocó en el Gran Rex, y el biendicho staff de Música de Sobrevivencia concurrió invitado por Milena.

Fue en el mismo escenario y con el mismo piano que años atrás Oscar Peterson nos había dejado sin habla.

Oscar Peterson...

Se repitió aquél antiguo ritual del pequeño Brad escuchando el disco de Peterson regalado por un amigo de su padre y que marcó su llegada al jazz y a la mejor música de un modo inimaginable.






















Flotó sobre las teclas blancas y negras como el enorme cisne negro lo hizo aquélla noche en el Gran Rex y nuestro regocijo fue infinito.

Porque eso es Mehldau: Un músico que puede tocar cualquier música y además sorprendernos.

Tal vez se trate de una canción de los Beatles; o de una balada de Nick Drake y por qué no un Porter o un Radiohead, mechados con un blues o un cuento de hadas.

Deconstrucción de los temas para volver a empezar cada vez y para volver a sorprendernos cada vez.

Como en "Los Fugitivos" de Carpentier, las frutas, demasiado maduras de sol, caían aquí y allá con un ruido mojado, esparciendo, a ras del suelo, efluvios de pulpas tibias.

Jugó todo el tiempo.

Fueron 2 horas largas y jugó con el tiempo, alegre y lúcido, riéndose de los ángeles que giraban a su alrededor con una sonrisa cómplice.

Fantasma travieso acaso por momentos conjugado con atronadoras izquierdas sólidas que dejaban a su paso microclimas de lejanas cajitas de mùsica de la infancia.

Es bastante difícil describir la entrega de este pianista sorpendentemente joven al que uno escucha azorado mientras la pregunta obligada nos llega a la cabeza como un latido:

¿Cómo va a tocar este tipo a los 50?.

Animal inimaginable el cisne.

Zeus se disfrazó de cisne para seducir a Némesis y Orfeo fué convertido en cisne tras su muerte.

Dejamos en escuchen un regalo de Mehldau: "Bard".

Animal inimaginable Brad Mehldau.