sábado, 22 de marzo de 2008

Federico El Grande

 
 
Federico Fellini, en una de sus memorables películas "Y la nave va" (1983) nos deleitó con su reconstrucción del mundo. Imágenes pobladas de risas, rostros que ya no existen, escenografías del fin de todas las ilusiones; aquéllas que alguna vez nos acunaron y hoy nos vuelven a llamar desde el patio del fondo de nuestra casa infantil, o a bordo de un transatlántico que surca unas aguas ficticias, y lleva y trae historias imposibles y cotidianas, vidas ciegas pero sensibles al menor estremecimiento del espacio que nos rodea, inverosímiles pero tangibles, como rinocerontes.
Schubert, momento musical Nº3 en Fa menor Op.94. (Gentileza de Los enanos de Honorio)